Mario Benedetti

"Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
Siempre suena una orden, un teléfono, un timbre, y claro, está prohibido llorar sobre lo que escribes porque no queda bien que la tinta se corra".

Mario Benedetti

lunes, 25 de marzo de 2013

Amigo insomnio

Ayer conversando con el insomnio recordamos nuestras pláticas nocturnas más memorables, y una que otra entrada que nació precisamente de los tantos debates que organizamos pasando las tres treinta (3:30) de la mañana.

Le confesé que me encantan las conversaciones largas, los repasos del día, y el inevitable “hubiera” que aunque no exista como fastidia, que agradezco que me haya enseñado a pensar antes de actuar, que no sé qué haría sin las ideas que me aporta, y sobre todo no sé qué sería de mí sin su compañía.
Después de mucho elogiarlo y de recordar lo indispensable que es a veces, pude reclamarle la falta de ganas al día siguiente, los constantes bostezos en el trabajo y las ojeras que son el pan de cada día.

Después de mucho discutir hicimos un trato justo, me ha prometido que llegara más temprano a lo de siempre y se despedirá después de las doce. 

¡Es que hay que poner un límite!



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