- ¿Estas llorando?
- No... Me han entrado estrellas en los
ojos.- Había subido al tejado para pedir un
deseo.
-Estas otra vez con tus locuras sabes
que no me gusta que seas así ¡Detente, ya!.- Alzó la voz en la última frase.
-Pues no me importa. - se alteró - No me
importa ser cada día menos cuerda, decir cosas que tu no alcances entender,
esta soy yo. - Se le quebró la voz.
- Pero es que, ¿escuchas tus palabras?...
- No... No las escucho, las siento. -
dijo señalando el corazón.
La miraba incrédulo, pensando que no paraba de decir tonterías como él les decía.
- No sé si quiero estar con alguien que
no comprendo. - Soltó de golpe, para luego dar media vuelta.
- Yo en cambio estoy segura.- Reaccionó -No quiero estar con alguien que no me entiende, creí que podíamos
complementarnos, que yo podría enseñarte un poco de la magia y que tú me
salvarías de volar muy alto en mis ensueños, pero me equivoque. (Solo quieres cambiarme).- pensó
Arrancó el abrigo del perchero y corrió hacia afuera, quería escapar de ahí.
Lo sentía detrás, pero no volvería
la mirada, arrancó el auto y se encaminó a donde
sea.
De pie en medio de la nada, quería, anhelaba, necesitaba, que existiese la posibilidad de realizar su deseo.
Regresar a ese día en que él dijo
"para siempre y por siempre" .... Y ella fue inmensamente feliz.
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