Esta fue una semana llena de malos ratos, pero en vez de
olvidarlos me sentaré con una taza de té a recordarlos.
Lo sé, soy algo rara, pero me gusta darle un final a todo
mientras repaso.
A veces es bueno volver sobre nuestros pasos, ver qué
hicimos mal. Me planteo hacer eso y contarlo como una anécdota más sobre mi
vida.
Mientras tanto les dejo este pequeño texto.
Contemple tus escritos y desde
ese momento quise que fueras tu quien escribiera mi historia de amor. La tinta se te había terminado y
fui en busca de más, la puse en tus manos pero te negabas a empezar.
Inspiración. Repetías mil veces que se te había terminado. Que
era mejor abandonarlo…
Tome tu mano con fuerza y la guie
haciendo garabatos hasta que lo hiciste por ti mismo, te demostré que tu inspiración
solo estaba dormida.
Acaricie tu corazón con
delicadeza y te suspire versos tras las orejas. Empezaste a escribir de nuevo y
yo estaba contenta. Cada día me sentaba a leerte ansiosa por descubrir tus
nuevas letras.
Y fue así hasta esa tarde desafortunada en la que mientras seguía
tus líneas escuche el sonido de algo romperse en mi interior. De mis ojos
brotaron pequeñas gotas y mi corazón lanzo un grito que solo pude escuchar yo.
“Esto y mi corazón siempre tuyos
mi querida M.”
Con esas palabras diste fin a tu escrito
y al palpitar de mi corazón.
Siempre quise subir esto y ahora
que duele menos es cuando me atrevo a hacerlo.
Feliz fin de semana. ¡Besos!
G.
2 comentarios:
La semana pasó, el corazón vuelve a latir y el tiempo sigue caminando, eso es lo importante.
Un beso!
Así es. Y ojalá siga por ese rumbo...
¡Besos!
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