Un “Buen día” tan
casual que me sonó a que le conocía de toda la vida. Dos respuestas suspendidas.
Tres vistazos para verlo caminar de espaldas con un libro en mano.
Cuatro mesas más
allá, me enamora su forma de abrir el sobre de té. Dos pequeños gestos, una
pausa para tomar un sorbo. Tres gestos más y cierra su libro sin marcar la página.
Tres soplos largos antes de beber un poco más. Seis galletas de coco para
acompañar. Cinco páginas leídas en nueve minutos. Cuatro miradas cruzadas y
tres sonrisas. Frunce el ceño una vez mientras mira hacia la ventana. Veinte minutos se termina el té. Un suspiro largo. Once pasos y un “Hasta luego” después
de pagar. Quince con ochenta y tres centavos.
Que
sencillo resulta contar.
2 comentarios:
Sí, a veces, resultar más fácil contar números que escribir letras.
Un beso.
Contamos la vida, los buenos momentos y esos segundos de felicidad hacen que valga la pena...
Muy lindooo =^.^=
Un abrazoooo!!
Taun.
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