Hubo un tiempo cuando era pequeña en que lo
detestaba. Era más débil, supongo, o no lo entendía y crack algo dentro de mí se rompía. Creía que era injusto.
No sé en qué momento fue, quizá tenga que
ver con que ahora soy mayor, pero no logro evocar el momento preciso en el que
lo entendí todo.
-¿Por
qué a mí?- Decía mi versión pequeña de hace algunos
años
-Porque
eres fuerte– Me gustaría haberle dicho.
-¿Hice
algo mal?, ¿Es un castigo?… ¿Por qué?- Tal vez habría replicado
-Cada
persona tiene su lucha y esta es la tuya…
Si yo no hubiese llegado así a este mundo,
tal vez esta no sería mi vida, quizá ahora mismo estaría en otro lugar, tendría
otra familia, mi lucha sería diferente.
Existen personas sanas que no son felices,
que no tienen amor, que han desperdiciado su vida. Ellos viven su lucha
personal.
Claro que me sigo rompiendo de pronto, pero
nadie resiste tanto, a veces necesitas que alguien te sostenga por un momento. Solo
por un momento.
Después te levantas, te sostienes sobre tus
propios pies y sigues, porque hay que seguir. Así debe ser.
Y si me dieran a elegir, elegiría esta
enfermedad nuevamente. Estar consiente de todo esto lo hace mucho más fácil. Incluso
he dejado de orar por una cura. Ahora solo pido vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario