Soy fan de esos olores que transportan.
Es curioso que algo tan simple como el olor a
nueces te pueda llevar al pasado en un segundo.
El truco está en que llegue de
pronto, sin que lo esperes, y bam, sin
darte cuenta estas viajando en el tiempo. Y sonríes, siempre sonríes.
Ha pasado mucho tiempo desde que vi sus ojos y
temo que se me olvidó si eran negros o cafés, pero, cuando el olor a menta y
sal llegan juntos, puedo verlo, incluso puedo sentir su mano sobre la mía una vez
más.
1 comentario:
Hola, soy un nuevo blogero, me gusta tu blog así que me haré seguidor tuyo.
En cuanto a la entrada he de decirte que me ha encantado porque descubrí el poder del olfato hace apenas unos meses. Me pareció impresionante la fuerza del olfato, siempre me ha encantado la música y el oído era el sentido más agudo (y lo es) que poseía, pero casualmente un día me vino un olor y me transportó en el tiempo con una fuerza y nitidez espectaculares. Tú me has recordado ese momento con esta entrada. Enhorabuena.
Un saludo
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