¿Qué
fue lo que pasó?
Me
planteo mil respuestas que al final no logran responder nada.
Quererte es inevitable y desear que sea igual que antes aún más, las cosas
cambiaron mucho, y sí, quisiera que todo fuera igual.
Que compartiéramos el mismo tiempo, los mismos gestos, las mismas historias,
las mismas risas y lo mismos tropiezos. Entonces es cuando me doy cuenta que
eso de volverte adulto es exactamente como lo cuentan, que la gente cambia
cuando crece, cuando toma su rumbo, y dejan de tener tema de conversación
cuando deja de frecuentarse o simplemente deja de buscarse. Yo esperaba que
nunca nos pasara.
Y quiero que seas feliz, muy feliz, ahora que no puedo ver si lo eres.
También quiero que muchos sueños se
te cumplan, para que si algún día volvemos a encontrarnos puedas contarme lo que se siente.
Te echo de menos, pero ya no sé qué escribirte cuando abro un nuevo mensaje de
texto, porque pienso que no responderás, por falta de tiempo, por exceso de
trabajo o por que no tienes nada que decir…
Supongo que los kilómetros pueden distanciar después
de todo, todavía hasta hace un tiempo tenía la firme convicción de que no
sucedería.
Y ahora, hasta el tiempo se me enreda, y no logro
encontrar ese último segundo que tenía algo de nosotros. Lo perdí en algún
lugar.
Ahora tengo la sensación todo el rato de que me falta
algo...
Quizá sea ese mendigo segundo perdido, o tal vez seas
tú.
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